viernes, 14 de septiembre de 2018

Espacios extraños II


Recorrer el centro histórico de Vilnius (Lituania) ofrece imágenes como estas: calles solitarias en que apenas se descubre a algún caminante que centra la foto por su extrañeza. Era el final del invierno y comienzo de la primavera. Afortunadamente no había turistas y el paseante podía deleitarse en la quietud y abandono de atmósferas melancólicas llenas de encanto. Poética alejada de las muchedumbres y las aglomeraciones. 

6 comentarios:

  1. Que gran fotografía, el caminante hace a la foto única, solo uno entre tanto espacio. Saludosm desde El Blog de Boris Estebitan.

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    1. Son fotos que tenía archivadas de mi viaje a Lituania. Ahora las reviso y encuentro su poder visual que tenía olvidado. Muchas gracias por tu comentario.

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  2. Acostumbrado a recorrer nuestras calles, ver esta foto me produce una fria sensación, el único caminante me dice que también hay vida, otros ritmos, otros paisajes urbanos, conceptos que aquí parecen perdidos. Contemplarla en tamaño mayor, es casi una necesidad.
    Un saludo.

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    1. Sin duda, esta y otras imágenes abren perspectivas insólitas de una ciudad que parece abandonada por sus habitantes. Un saludo.

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  3. Pues es un placer recorrer calles casi para uno solo cuando uno va de turismo, sin duda algo realmente inaudito. Pero claro, el problema es que todo el mundo acabamos yendo de turismo a los mismos lugares que, por lo tanto, están siempre de gente que han tenido la misma idea que nosotros. En este sentido la próxima semana santa probablemente vaya a Londres (por primera vez, no he viajado casi nada) para cumplir un deseo de mi pequeño Martí y casi que me da un palo grande. Me gusta la perspectiva de la foto y como la mirada me lleva a esa persona que camina relajada hacia allá donde la foto acaba. Buen trabajo.

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    1. Vilnius, y más en la época en que estuve, está fuera del circuito turístico masivo. Yo no diría que es un destino urbano extraordinario pero tuvo su qué en esa transición a la primavera que viví. Me gustan los viajes en épocas otoñales o invernales cuando hay poca luz y no hay muchos turistas. A mí también me da un gran palo comenzar los viajes, no te creas. El jueves vuelo a Lisboa y ello me produce una intensa pereza, pero una vez iniciado el viaje, se pasa y disfrutas. Seguro que Londres te gustará y más con tus hijos. Yo he estado un par de veces o tres, la última en 1992 con Rosa Mari, pero no es una ciudad que me cautive. Siento mucho más próximas otras ciudades. Los ingleses no son lo más maravilloso del mundo, eso seguro. Lo que no quita que sea una ciudad muy hermosa e interesante.

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