lunes, 1 de octubre de 2018

Cementerio de Skogkyrkogarden 2


El cementerio ofrece perspectivas muy amplias, nada que ver con el abigarrado de San Bernardino en Vilnius, Lituania. Cada muerte tiene un espacio grande para expandirse. Uno se imagina una escena de una película de Bergman en este cementerio tan grande como igualmente sombrío y misterioso. Tal vez sea porque la muerte siempre es misteriosa. Buena parte del cementerio está en el bosque que da nombre al recinto.

5 comentarios:

  1. Está claro que cada tipo de sociedad tiene su relación con la vida y como no puede ser de otro modo, con la muerte. Dependiendo de la idea con la que se afronta la muerte, así, imagino, que se diseñan los cementerios en los que van a descansar los seres que fueron algo para los vivos que se quedan en la vida. En España, me parece a mí, que se entierra por una cuestión simple y llanamente religiosa con lo que eso conlleva a la hora de construir, diseñar, cementerios. A los que en él descansan no les es necesario espacio, amplitud, porque solo se les deja reposar a la espera de "tiempos mejores" y por lo tanto no se tiene en cuenta el tiempo que van a descansar en sus tumbas, sino simplemente la espera hasta la resurección. En el cementerio de la imagen que subes hoy, se intuye otra intención, otro respeto por quien ya descansa para siempre. De ahí que el cementerio se vea un lugar amplio, con espacios libres entre tumba y tumba, a parte de estar construido en un lugar en el que la mirada se expanda, de por medio hay una doble intención a la hora de esa decoración con árboles, setos y geometrías que parecen planificadas de antemano.
    Muy bien mostrado el lugar. Un abrazo Joselu

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    1. No sé si percibe bien pero el tamaño de las lápidas es considerable, tienen la altura de tres cuartas partes de la de una persona. Lo digo porque eso delimita más el espacio que hay entre una y otra. Tienes razón en lo de que un cementerio muestra la relación de la sociedad con la muerte y la concepción que se tiene de ella; pero no solo esto. Suecia es un país con escasa población comparada con países más del sur. Ello tiene mucho que ver con la espaciosidad del cementerio que, por otra parte, ha recibido menciones por su singularidad y originalidad arquitectónica. El próximo día publicaré una foto de un cementerio de Barcelona. La foto no es gran cosa pero quería precisamente dar pie a reflexiones como la tuya que se atiene más al tema que a la calidad de la foto que, como digo, es muy discreta. Un abrazo, Luis.

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  2. Desde luego la demografía condiciona en estos casos hasta los cementerios, sin duda Barcelona no se podría permitir un cementerio donde las lápidas están tan separadas. Hasta esto condiciona el precio del metro cuadrado. Si te digo la verdad, prefiero las zonas de tumbas de suelo casi pegadas unas con otras que hay en cementerios como el de Montjuich. No los niños en altura, por supuesto, me refiero a las que están en el suelo. Tanta distancia entre tumba y tumba parece que acentúa la soledad del individuo. Casi que prefiero la cercanía y el roce de los cementerios mediterráneos. Me viene a la mente una canción chorras de Mecano que era un grupo que me encantó de Jovén. La de "este cementerio no es serio" que dice algo así como "y los muertos aquí lo pasamos muy bien ..." y contaba como los muertos montaban fiestas en el cementerio y se divertían. Es una chorrada, pero desde luego el cementerio sueco no mucho margen a la fiesta.

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    1. Tienes razón en cuanto al calor o calidez de un cementerio mediterráneo en comparación con este sueco. Supongo que en Suecia, el individuo no quiere molestar y se aísla, como he contado en algún otro lugar. Leí recientemente una novela de Henning Mankell, Botas suecas de lluvia, en que el protagonista, que vivía muy aislado en su comunidad en una isla, apenas tenía relación con su hija que vivía muy lejos y un día va a visitarlo pero la relación entre ellos es difícil. Fredik Welln tiene 69 años y ha perdido la casa que ha sufrido un incendio, y además está al borde de la vejez definitivamente. Me asombró el aislamiento que refleja la novela. No digo que en España no pueda suceder algo semejante, supongo que sí. El principal sufrimiento de la vejez es la soledad, el abandono en las residencias por parte de los hijos que no pueden tener a los padres en casa por diversas razones. Pues bien, Fredik apenas tiene relación con sus vecinos y la que tiene con su hija es distante y complicada. Eso confirmó mi visión de la sociedad sueca: el ser humano vive en soledad, en especial estos últimos años de su vida, y no es extraña esta concepción amplísima del cementerio sueco en que los individuos tienen un círculo de soledad a su alrededor. Los nórdicos se identifican con su sociedad, muy equilibrada y honesta, pero admiran el calor de las relaciones mediterráneas aunque el individuo viva condicionado en buena parte por los ligámenes familiares.

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