martes, 4 de noviembre de 2014

Densidad de población


ISO 250    50mm    -0.7EV    f9    1/800    SONY A6000

4 comentarios:

  1. La contraportada de El País del 1 de noviembre fue genial. Dicho del cementerio de Washington por su gerente, si no recuerdo mal: 55.000 residentes, ¡y ni una sola queja! Eso sí que es una excelente gestión de los residuos. Hace algunos veranos pasé por el pueblo extremeño de donde era mi padre, porque llevaron allí sus cenizas, a enterrarlas junto a su madre. Me planté ante su lápida con una total indiferencia. Me gustan los cementerios, pero no me emocionan.

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    1. Son espacios singulares, unos más y otros menos. Yo no siento emoción ante ellos en general pero me atrae su sensualidad. Es uno de los sitios donde no se puede orillar la realidad de la muerte y eso los hace especiales. La muerte es muy plástica. Cada vez me gusta pasearme más por los cementerios. Son lugares acogedores. Este verano estuve en París en dos de sus más famosos cementerios, el Pere Lachaise y el de Montparnasse, como leerías tal vez en mi blog. Encontrarme con la tumba de Samuel Beckett o de Cortázar fue algo que sí que fue emotivo. Daban ganas de que a uno lo enterraran allí, como quiso César Vallejo que moriría en París un jueves con aguacero, como hoy que no para de llover.

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  2. Sobre la sensualidad de los cementerios no me pronuncio, en este tengo enterrados a mis padres.
    Sobre la foto, creo que te quedaría mejor un encuadre de 2x3 cortando por donde finalizan los ninchos, de esta forma también la señora se te situa en el punto exacto de los 2/3. Me gusta porqué te has decantado por captar la humanidad del cementerio, tanto en esta como en la anterior, y has renunciado a las típicas fotos de cementerios, donde lápidas, esculturas y capillas suelen ser los protagonistas.

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    1. Gracias, Ramón, tienes razón. He reencuadrado la foto suprimiendo la parte de la izquierda que no aportaba. Creo que es mucho mejor así. Tu comentario me ha animado a seguir publicando fotos que hice en el cementerio, un lugar al que pienso volver para hacer más fotos. Es un escenario muy fotográfico. Entiendo el dolor que para ti tiene el tener a tus padres enterrados allí. Mi madre prefirió que aventáramos sus cenizas en los bosques de Cantabria. Mi padre está en el cementerio de Zaragoza, aunque también fue incinerado. Hice también fotos de las que dices, pero mi género implica a la gente y he preferido fijarme en ella en un ambiente distinto al habitual.

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