Buena, buena, si señor. No hay comparación con la anterior, el protagonismo ahora es de los peques, sobretodo de la niña, el graffiti se integra en la escena, como acompañando y vigilando a los crios. No vemos la sonrisa del graffiti, por lo que si no hubieras publicado la anterior, podría pensar que es como "el angel de la guardia" que vela por ellos.
Tu constancia y paciencia en esperar el instante los dioses te han premiado. Estoy disfrutando mucho con tus trabajos y además me enriqueces con tus análisis y comentarios, tanto en tus propias fotos como en otros blogs.
Me reprimo en no comentar las fotos, porque eso del escribir me va mucho. Disfruto escribiendo. Mi hija mayor, Clara, que tiene diecisiete años escribe muy bien. Lo mejor es que ella no conoce lo que yo escribo y es tan "ella" que yo no ejerzo conscientemente ninguna influencia sobre ella. Busca su propio camino y eso me gusta. Pero creo que terminará gustándole la fotografía. Siempre le pido su opinión. Esta la sugirió ella. Quiero que busque el riesgo. No hay peor tentanción que acomodarnos en lo que sale bien. Fotografiar tiene algo de provocación, llena de amor, si se quiere, pero no deja de ser un ejercicio arriesgado por muchos motivos. Acabo de leer el libro de Sebastiao Salgado y bendigo que él fuera consciente de su pasión tan pronto y dedicara cuarenta años a mostrarnos el mundo. Un abrazo, el afecto es mutuo, Ramón.
Coincido con Ramón, muy buena, esos tres planos de sonrisas quedan en una conjunción genial. Quizás la proximidad tan grande de la primera niña me invada un poco. Pero la gracia de la foto está en juego de sonrisas, parecen estar jugando a algo en común como supongo que así es. Tiene un toque clásica. Y además las niñas parecen ser gitanas, o árabes, aunque no lo puedo asegurar, lo cual no es que cambie la foto, pero de alguna manera me transporto por ejemplo a las fotos de Colita en el somorrostro, pero desde una perspectiva moderna, con el grafitti actualizando la temática.
Tengo que ver fotos de Colita. Mañana tal vez vaya a la biblioteca Agustí Centelles. Tengo que ver mucha fotografía. Vamos aprendiendo a salto de mata. Este año tengo un horario privilegiado pues trabajo solo media jornada. Cobro mucho menos pero me permite tener un día libre a la semana que quiero aprovechar. No conozco las fotos de Colita en el Somorrostro pero quiero verlas. A ver si están allí. Como dice Sebastiao Salgado, la foto en blanco y negro es más pura, no está distraída por el color que tiende a ocuparlo todo. Permite centrarse en la imagen. Y tiene un aire como antiguo, tal como dices. Veo esta foto y no me molesta, no como ayer. Además tiene un punto de riesgo. Aciertas o te la pegas. Creo que el momento está vivo. Las niñas vinieron sobre mí y disparé. No tuve demasiado tiempo.
Tampoco creas que yo soy un entendido en la historia de la fotografía española. Los jueves mi pequeño Martí sale a las 19:45 del conservatorio y yo llego a Sabadell a las 16:00. Me tomo mi momento de relax en la semana. Me voy a uno biblioteca pública que me pilla cerca y leo revistas de viajes, montaña o fotografía, o libros de fotografía. La semana pasada vi una nueva adquisición. Un libro de Colita sobre su fotografía y un poco biográfico. Allí vi estas fotos del somorrostro que te cuento. Aunque recuerdo otras fotos de niños de ese desaparecido barrio barcelones que no recuerdo de quien son.
Un acierto poner el foco en el segundo y tercer plano. Así la niña queda algo desenfocada; eso, unido al movimiento, le aporta mucho dinamismo a la foto.
Buena, buena, si señor.
ResponderEliminarNo hay comparación con la anterior, el protagonismo ahora es de los peques, sobretodo de la niña, el graffiti se integra en la escena, como acompañando y vigilando a los crios. No vemos la sonrisa del graffiti, por lo que si no hubieras publicado la anterior, podría pensar que es como "el angel de la guardia" que vela por ellos.
Tu constancia y paciencia en esperar el instante los dioses te han premiado. Estoy disfrutando mucho con tus trabajos y además me enriqueces con tus análisis y comentarios, tanto en tus propias fotos como en otros blogs.
Es un placer, José Luís. Un abrazo.
Me reprimo en no comentar las fotos, porque eso del escribir me va mucho. Disfruto escribiendo. Mi hija mayor, Clara, que tiene diecisiete años escribe muy bien. Lo mejor es que ella no conoce lo que yo escribo y es tan "ella" que yo no ejerzo conscientemente ninguna influencia sobre ella. Busca su propio camino y eso me gusta. Pero creo que terminará gustándole la fotografía. Siempre le pido su opinión. Esta la sugirió ella. Quiero que busque el riesgo. No hay peor tentanción que acomodarnos en lo que sale bien. Fotografiar tiene algo de provocación, llena de amor, si se quiere, pero no deja de ser un ejercicio arriesgado por muchos motivos. Acabo de leer el libro de Sebastiao Salgado y bendigo que él fuera consciente de su pasión tan pronto y dedicara cuarenta años a mostrarnos el mundo. Un abrazo, el afecto es mutuo, Ramón.
EliminarCoincido con Ramón, muy buena, esos tres planos de sonrisas quedan en una conjunción genial. Quizás la proximidad tan grande de la primera niña me invada un poco. Pero la gracia de la foto está en juego de sonrisas, parecen estar jugando a algo en común como supongo que así es. Tiene un toque clásica. Y además las niñas parecen ser gitanas, o árabes, aunque no lo puedo asegurar, lo cual no es que cambie la foto, pero de alguna manera me transporto por ejemplo a las fotos de Colita en el somorrostro, pero desde una perspectiva moderna, con el grafitti actualizando la temática.
ResponderEliminarTengo que ver fotos de Colita. Mañana tal vez vaya a la biblioteca Agustí Centelles. Tengo que ver mucha fotografía. Vamos aprendiendo a salto de mata. Este año tengo un horario privilegiado pues trabajo solo media jornada. Cobro mucho menos pero me permite tener un día libre a la semana que quiero aprovechar. No conozco las fotos de Colita en el Somorrostro pero quiero verlas. A ver si están allí. Como dice Sebastiao Salgado, la foto en blanco y negro es más pura, no está distraída por el color que tiende a ocuparlo todo. Permite centrarse en la imagen. Y tiene un aire como antiguo, tal como dices. Veo esta foto y no me molesta, no como ayer. Además tiene un punto de riesgo. Aciertas o te la pegas. Creo que el momento está vivo. Las niñas vinieron sobre mí y disparé. No tuve demasiado tiempo.
EliminarTampoco creas que yo soy un entendido en la historia de la fotografía española. Los jueves mi pequeño Martí sale a las 19:45 del conservatorio y yo llego a Sabadell a las 16:00. Me tomo mi momento de relax en la semana. Me voy a uno biblioteca pública que me pilla cerca y leo revistas de viajes, montaña o fotografía, o libros de fotografía. La semana pasada vi una nueva adquisición. Un libro de Colita sobre su fotografía y un poco biográfico. Allí vi estas fotos del somorrostro que te cuento. Aunque recuerdo otras fotos de niños de ese desaparecido barrio barcelones que no recuerdo de quien son.
ResponderEliminarUn acierto poner el foco en el segundo y tercer plano. Así la niña queda algo desenfocada; eso, unido al movimiento, le aporta mucho dinamismo a la foto.
ResponderEliminarMuy buena.